No puedo amar la distorsión.
La replica precisa
del hallazgo.
Las limitaciones.
No puedo amar
la demora taciturna,
El pensamiento confinado,
hacia las celdas
del lenguaje.
No puedo amar
las cicatrices invertidas.
Consumir a la herida de tu boca.
Cuando de ella ,
los pólenes rosados
iban en caída
hasta mis ... labios.
No puedo amar
la replica.
Sin la precisa hora
de tu hallazgo.
sábado, 12 de junio de 2010
domingo, 6 de junio de 2010
Idéntica forma.
No puedo amar la distorsión.
La replica precisa
del hallazgo.
Las limitaciones.
No puedo amar
la demora taciturna,
El pensamiento confinado,
hacia las celdas
del lenguaje.
No puedo amar
las cicatrices invertidas.
Consumir a la herida de tu boca.
Cuando de ella ,
los pólenes rosados
iban en caída
hasta mis ... labios.
No puedo amar
la replica.
Sin la precisa hora
de tu hallazgo.
La replica precisa
del hallazgo.
Las limitaciones.
No puedo amar
la demora taciturna,
El pensamiento confinado,
hacia las celdas
del lenguaje.
No puedo amar
las cicatrices invertidas.
Consumir a la herida de tu boca.
Cuando de ella ,
los pólenes rosados
iban en caída
hasta mis ... labios.
No puedo amar
la replica.
Sin la precisa hora
de tu hallazgo.
viernes, 28 de mayo de 2010
La Casa
La casa
Las cortinas vuelven a cerrarse.
El automatismo de la huida.
Van los puño apretados
a sostener la penitencia.
La casa es una.
Habitada;
por las voces del suicidio.
En los espejos una sombra
se adelgaza.
No existen rostros
solo hay mutilaciones.
Breve mirada,
llanto atascado por el vidrio.
Rubor en la mejilla,
que dejo la bofetada.
Sonrisa sostenida,
en alfileres.
Mutismo de la espera
La casa es una.
Habitada.
Las puertas van abriendo,
sus cerrojos.
Despiden a los gritos,
de las porcelanas.
El piso cruje,
buscando las fracturas.
Hay escrito un nombre
ilegible.
Una imagen de tinta,
esquina del papel,
sobre la mesa.
Mientras va cayendo,
hacia un sitio
improbable.
Las cortinas vuelven a cerrarse.
El automatismo de la huida.
Van los puño apretados
a sostener la penitencia.
La casa es una.
Habitada;
por las voces del suicidio.
En los espejos una sombra
se adelgaza.
No existen rostros
solo hay mutilaciones.
Breve mirada,
llanto atascado por el vidrio.
Rubor en la mejilla,
que dejo la bofetada.
Sonrisa sostenida,
en alfileres.
Mutismo de la espera
La casa es una.
Habitada.
Las puertas van abriendo,
sus cerrojos.
Despiden a los gritos,
de las porcelanas.
El piso cruje,
buscando las fracturas.
Hay escrito un nombre
ilegible.
Una imagen de tinta,
esquina del papel,
sobre la mesa.
Mientras va cayendo,
hacia un sitio
improbable.
sábado, 22 de mayo de 2010
jueves, 20 de mayo de 2010
MERMA
Merma
Desde mi vaso
lo fui bebiendo.
Lo fui llorando.
Lo detuve.
Lo distingo.
Desde mi vaso
flexionado,
lo presiento.
Declinó,
por la garganta
con sus veinte
guillotinas.
Lo fui sangrando.
Lo fui muriendo.
Desde mi vaso
lo fui bebiendo.
Lo fui llorando.
Lo detuve.
Lo distingo.
Desde mi vaso
flexionado,
lo presiento.
Declinó,
por la garganta
con sus veinte
guillotinas.
Lo fui sangrando.
Lo fui muriendo.
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